Mr. Wang Ming showing his master skills at making fresh noodles at his restaurant
The first day that I arrived in China, once settled at the hotel, one of my work colleagues had commented that he had discovered a great local place to eat and so on our way we went. After walking a couple of blocks, we had arrived. The shop was quite small, but cozy and the smell was just awesome.
I felt very welcome at the restaurant from the moment I stepped in it. The small wooden stools had made me feel as though at a small local restaurant in some small town in my own country in South America. Once we sat down, with our group’s extremely limited Chinese skills we had managed to order a few things in the menu; it had been my very first encounter with Chinese culture and the language.
While our food was being prepared, I was told that the restaurant was operated by a Chinese Muslim family from the west of the country and that there were several of these restaurants in town. I remember clearly that on that first occasion, I had ordered a bowl of noodles on beef soup, which I had noticed some of the customers were eating on another table. Once we had ordered our food, the cook had begun right away to make by hand the noodles for our dishes, all by hand, on the spot only a couple of meters while we watched him do his job with an amazing agility. I had never been at a restaurant like this in my life. I was hooked from that very first day with this delicious food.
For the past three years I have lived in China, it has been almost a ritual to return to a Chinese Muslim restaurant during lunch time or during the weekends. About a year ago, I was informed by a colleague from Jamaica of a new Chinese Muslim restaurant near our work place. We went there for lunch during work and that had been it for me. The location, only a couple of blocks away and the welcoming family operating the restaurant had made me feel right at home.
After returning there many times, I also took my kids who visited me in China last year. They had loved the food so much that almost each time when I asked them what they wanted to eat, their answer was “Chinese Muslim food please”. I was quite happy of taking them there because I also enjoyed the food and very much how welcomed I felt at the restaurant. One year later, yesterday, as my kids arrived from South America to China, I once again asked them the same questions and the answer was almost instant “Chinese Muslim food”.
Today, after planning to go to a Japanese sushi restaurant and finding it was closed, the choice of lunch was obvious; we had returned again to our favorite restaurant. After all this time, I decided to ask for a few pictures and a video (I will upload it later) to write this blog. Mr. Wang Ming and Mrs. Ma Yulan in their mid-thirties from Haidong District in the Qinghai Province once more welcomed us with their typical smile, great service and delicious food. As long as I live in this town, I will be loyal customer at their restaurant.
Mrs. Ma Yulan with us outside her restaurant
La Comida Musulmana China
El primer día que llegué a China, una vez instalado en el hotel, uno de mis colegas de trabajo me comentó que había descubierto un gran lugar local para comer y sin mas que decir, alla fuimos; estaba hambriento. Después de caminar un par de cuadras, habíamos llegado. El local era bastante pequeño, pero acogedor y el olor de la comida era simplemente increíble.
Me sentí muy bienvenido en el restaurante desde el momento en que entré. Los pequeños taburetes de madera me habían hecho sentir como en un pequeño restaurante local de algun mercado en una pequeña ciudad en mi propio país en América del Sur. Una vez que nos sentamos, con nuestras extremadamente basicas habilidades del idioma chino entre las personas de nuestro grupo, cons señas y fijandonos en lo que otros clientes estaban comiendoi, pudimos pedir algunas cosas del menú. Este fue mi primer encuentro con la cultura y el idioma chino.
Mientras preparaban nuestra comida, nos informaron que el restaurante era operado por una familia musulmana china del oeste del país y que habían varios de estos restaurantes en la ciudad. Recuerdo claramente que en esa primera ocasión pedí un plato de fideos con sopa de carne, al haberme percatado que algunos de los clientes lo estaban comiendo en otra mesa. Una vez que habíamos pedido nuestra comida, el cocinero había empezado de inmediato a preparar a mano los fideos para nuestros platos.
La curiosidad y el asombro de lo que presenciaba me dejo atonito. Los fideos eran preparados a mano en el mismo establecimiento, a tan solo un par de metros de nuestra mesa. Todos los que eramos nuevos en el lugar observábamos al cocinero hacer su trabajo con una agilidad asombrosa. Nunca había estado en un restaurante como este en mi vida. Me enamore de esta comida deliciosa de comida desde el primer día.Durante los últimos tres años que he vivido en China, ha sido casi un ritual regresar a un restaurante chino musulmán durante la hora del almuerzo o durante los fines de semana.
Hace aproximadamente un año, un colega de Jamaica me informó de un nuevo restaurante chino musulmán cerca de nuestro trabajo. Fuimos allí para almorzar durante nuestra hora de almuerzo y eso fue todo para mí. La ubicación, a solo un par de cuadras de distancia, y la acogedora familia que operaba el restaurante me hicieron sentir como en casa.
Después de regresar allí muchas veces, también llevé a este restaurante a mis hijos que me visitaron en China el año pasado. Les encantó tanto la comida que casi cada vez que les pregunté qué querían comer, la respuesta era: “Comida china musulmana por favor”. Me alegré mucho de llevarlos allí porque también disfrutee de la comida y de lo bienvenido que me sentí en el restaurante. Un año después, ayer, cuando mis hijos llegaron nuevamente a china desde Sudamérica a China les hice la misma pregunta y sus respuestas fueron casi al instante: “Comida china musulmana”.
Pablo y Silvana con la Sra. Ma Yulan
Hoy, despues de planear ir a un restaurante japones, que al llegar al lugar estaba cerrado, la segunda opcion era obvia. Volvimos de nuevo a nuestro restaurante favorito. Después de todo este tiempo, hoy decidí pedirle a algunas fotos y un video (lo subiré más tarde) para escribir este blog. El Sr. Wang Ming y la Sra. Ma Yulan de treinta y tantos años del distrito de Haidong en la provincia de Qinghai, una vez más nos recibieron con su típica sonrisa, gran servicio y deliciosa comida. Mientras viva en esta ciudad, seré un cliente leal en su restaurante.